Delantero titular en el América mexicano, estrella con su selección Paraguay y un precontrato firmado con el Manchester United para irse a Europa. Todos los sueños de Salvador Cabañas se desmoronaron aquella madrugada del 25 de enero de 2010. Ese día, Cabañas estaba con su esposa en un bar de Ciudad de México, llamado 'Bar Bar', cuando recibió un disparo en la cabeza. Salvó su vida milagrosamente gracias a una intervención quirúrgica de urgencia. Cuatro años después, el paraguayo ha pasado de crack mundial a distribuidor de panes en la empresa familiar de su padre. 

Un periodista de la agencia AFP le ha encontrado completamente arruinado y sin propiedades. Cabañas dice que ha sido por culpa de su exmujer, que se quedó con su mansión de Asunción valorada en cinco millones de dólares. También le acusa de apoderarse de todos sus bienes mientras se recuperaba en el hospital con la ayuda de su propio representante y "un amigo" suyo. "Estoy muy dolido por los amigos que tenía y que se aprovecharon de mi problema, pero bueno, estoy preparado para recuperarme", comenta el delantero.

Ahora, Cabañas trabaja en la panificadora de su padre. Se levanta a las cuatro de la mañana y distribuye el pan a los clientes de su padre. "Estoy apoyando a mis padres. Repartimos (panes) por los alrededores de Itauguá, Ypacaraí, San Bernardino (en las afueras de la capital). Me gusta el trabajo. La gente me reconoce y me pregunta... sobre fútbol, claro. Yo les digo que me divierte mucho hacer reparto", reconoce el futbolista. 

Cabañas con el América de México
Cabañas Con El América De México
A pesar de todo, Salvador no ha dejado de lado el fútbol y ahora juega en el '12 de Octubre' de Paraguay. Antes de ser baleado, tenía el récord goleador de la Copa Libertadores de las dos últimas ediciones de la Copa Libertadores. Era 'titularísimo' en la selección de Paraguay, entrenada por aquel entonces por el Tata Martino, ahora técnico del Barcelona. Fue elegido mejor jugador del continente en el año 2008. Antes del atentado está muy ilusionado con el Mundial de Sudáfrica (Paraguay llegaría hasta los cuartos de final), pero su trayectoria profesional se truncó ese desgraciado 25 de enero de 2010.

“Cuando ocurrió eso (el intento de asesinato) tenía un precontrato por 1.700.000 dólares para una transferencia al Manchester United o a otro club grande de Europa. En el América me doblaron mi salario y me dieron un departamento en Acapulco y otro en Cancún para retenerme. Y bueno, aquí estoy, tratando de recuperarme”, manifestó Cabañas.

Profesionalmente, su equipo, al que le generó millones en dinero, y también en pasiones, le dieron la espalda. Dice Salvador Cabañas, que prometieron una indemnización, la que nunca llegó. Su abogado y representante, lograron quitarle residencia y demás a base de engaños.